El verano acaba cuando los niños vuelven a
las aulas. No importa si hace bueno o malo, el día que empieza el colegio se
retiran los bañadores y las chanclas, y se hace un hueco en el armario para los
uniformes escolares.
Este verano ha sido particularmente bueno,
por lo que al menos en nuestro caso, hemos parado muy poco en casa. Mucha
playa, mucha piscina, muchos parques, muchas excursiones… En definitiva, una
bocanada de aire fresco continuo.
El balance que hacemos en casa es
buenísimo: todos hemos disfrutado y repetiríamos un verano como este.
Como dicen los anuncios de IKEA, nada
como la familia (en este caso vacaciones en familia) para amueblarnos la
cabeza.
Los niños cansan, no vamos a negarlo, pero
poder pasar el verano con ellos sin tener que encargarle a nadie que les cuide
no tiene precio.
Aquí os dejo un resumen de algunas de las
locuras de este verano, pero os adelanto que este curso va a ser muy prometedor
(suerte que tenemos los que hacemos de nuestro hobby nuestro trabajo).