Como creo que mencioné en alguna ocasión estoy embarazada. Continuamente nos pregunta todo el mundo si sabemos qué será. No, no lo sabemos; no se ha dejado ver.
Pero relacionado con esto hoy quería compartir algo que acabo de descubrir y me ha sorprendido mucho. Se llama "La tabla china de la concepción".
La he descubierto en www.conmishijos.com. Dicen que se trata de un tabla milenaria que te dice el sexo del bebé que esperas. Nunca me creo estas cosas, creo que la genética va mucho más allá, pero el caso es que haciéndolo a posteriori con los dos hijos que ya tenemos (dos niños) la tabla tiene razón.
Es la siguiente:
Se trata de que crucéis dos datos: el mes en el que os habéis quedado embarazadas y vuestra edad en ese momento. Si la casilla es azul será niño, y si es rosa será niña.
En este caso el resultado el rosa.
Ya os diré si la tabla sigue siendo "fiable"...
Por ahora, este es su primer regalo (escogido por sus hermanos).
Muñecos de Goovy, tienda del grupo Pórtico perfecta para cosas pequeñas, detalles para niños... Todo es muy barato e incluso hay muchas cosas a menos de 1€. Estos muñecos costaron sólo 1,20€ cada uno. Como el grupo Pórtico entró en concurso de acreedores cerraron muchas de las tiendas Goovy, pero en concreto en La Coruña sigue habiendo una sección al fondo de la tienda Pórtico de la plaza de Galicia.
La frase de la semana
La frase de la semana:"Todos los días tienen algo bueno que te encantaría que se repitiese"
domingo, 22 de septiembre de 2013
miércoles, 18 de septiembre de 2013
Inteligencia emocional
Muchos han sido los neurólogos que en las últimas décadas han hablado de la inteligencia emocional, pero tal vez Daniel Goleman, tras el estudio que Nancy Gibbs hizo sobre su libro (Inteligencia emocional: ¿por qué puede importar más que el concepto de cociente intelectual?) y que fue publicado por la revista "Time", sea el más conocido.
Hoy en día esta rama de la investigación es tan popular que incluso hay centros de enseñanza que organizan actividades paraescolares centradas en su desarrollo. De ahí que ya no se sepa si relegar estos estudios al campo de la neurología, de la psicología o de la psicopedagogía.
Resumiendo a grandes rasgos y en vocabulario que todos comprendemos, la inteligencia emocional es la capacidad que tiene el cerebro humano de relacionar emoción, pensamiento y acción; es la capacidad que poseemos de reaccionar ante algo tras experimentar un sentimiento concreto.
¿Qué ocurre con los niños? ¿por qué es importante hablar de inteligencia emocional infantil?
A diferencia de lo que intentamos hacer los adultos los niños no han aprendido todavía a controlar la expresión de sus sentimientos. Por eso les dan pataletas, rabietas, gritan... Un adulto emocionalmente maduro "piensa" lo que siente y decide expresarlo o no hacerlo; un niño expresa sus sentimientos sin pensar más allá.
Hay un libro que se titula Si tú me dices ven, lo dejo todo... pero dime ven (Albert Espinosa), cuyo título ha inspirado este artículo.
Debemos como adultos enseñar a nuestros enanos desde siempre a expresar lo que sienten, a que hablen con nosotros, a que se comuniquen, a que controlen sus sentimientos y pensamientos... Y una buena forma de hacerlo es así, diciéndoles lo que sentimos.
Pocas veces escuchan los niños frases positivas, de cariño... Pocas veces se escucha a los padres decir "te quiero" cuando dejan a los niños en la puerta del aula; se escuchan frases como "pórtate bien", "hasta luego", "obedece, eh?", "se bueno", o a veces un simple "adiós".
Para nosotros es algo obvio que sentimos cosas buenas hacia nuestros hijos, pero ellos no sólo no siempre lo saben, sino que con su memoria de pez se les olvida. Por eso los padres debemos repetirles todos los días y muchas veces "te quiero", "te echo de menos", "me alegro de verte", "estoy orgulloso de ti". Y si lo hacemos ellos nos responderán con un espontáneo abrazo y un te quiero. ¿No es esto acaso un buen motivo para intentarlo todos los días?
sábado, 14 de septiembre de 2013
Pizza
¡Buenos días¡
La receta que quiero compartir hoy es una receta de PIZZA de la familia de mi marido. Es exquisita y sale una pizza muy grande por lo que se trata de un plato muy barato. Además, pese a lo que pueda parecer, no se mancha casi nada.
Ingredientes:
Una cucharada sopera de aceite de girasol
Levadura prensada (media nuez) que debéis desleír en agua (la cantidad de un vaso de vino)
Sal
Harina (la medida de una taza grande de desayuno)
Elaboración:
Consiste en mezclar todos los ingredientes (primero con una cuchara y después amasando con las manos) hasta que tengáis una masa homogénea que no esté pegajosa. Lo que ocurre es que como las cantidades no son exactas tras mezclar con la cuchara pueden pasaron dos cosas: que quede tipo chicle (si eso pasa aumentad harina) o que quede como cuarteada (para esto añadid un chorrito de agua).
Y tengo mucha práctica y aún así hay días que primero añado un poco más de agua, después harina, después otra vez agua.....
Cuando la masa esté terminada dejadla reposar media hora en un paño.
Tras ese tiempo estiradla en una bandeja de horno, cubridla con os ingredientes que deseéis y hornead unos 10 minutos a 200º.
En mi casa no tengo bandeja de horno (solo parrilla), por lo que pongo la masa estirada sobre una base de silicona que coloco encima de la parrilla. Si tenéis bandeja de horno untadla con un poquito de aceite de oliva antes de colocar la masa estirada.
Esta es de salsa de tomate, jamón y queso, pero podéis jugar con cualquier ingrediente igual que se hace en las pizzerías.
La receta que quiero compartir hoy es una receta de PIZZA de la familia de mi marido. Es exquisita y sale una pizza muy grande por lo que se trata de un plato muy barato. Además, pese a lo que pueda parecer, no se mancha casi nada.
Ingredientes:
Una cucharada sopera de aceite de girasol
Levadura prensada (media nuez) que debéis desleír en agua (la cantidad de un vaso de vino)
Sal
Harina (la medida de una taza grande de desayuno)
Elaboración:
Consiste en mezclar todos los ingredientes (primero con una cuchara y después amasando con las manos) hasta que tengáis una masa homogénea que no esté pegajosa. Lo que ocurre es que como las cantidades no son exactas tras mezclar con la cuchara pueden pasaron dos cosas: que quede tipo chicle (si eso pasa aumentad harina) o que quede como cuarteada (para esto añadid un chorrito de agua).
Y tengo mucha práctica y aún así hay días que primero añado un poco más de agua, después harina, después otra vez agua.....
Cuando la masa esté terminada dejadla reposar media hora en un paño.
Tras ese tiempo estiradla en una bandeja de horno, cubridla con os ingredientes que deseéis y hornead unos 10 minutos a 200º.
En mi casa no tengo bandeja de horno (solo parrilla), por lo que pongo la masa estirada sobre una base de silicona que coloco encima de la parrilla. Si tenéis bandeja de horno untadla con un poquito de aceite de oliva antes de colocar la masa estirada.
Esta es de salsa de tomate, jamón y queso, pero podéis jugar con cualquier ingrediente igual que se hace en las pizzerías.
jueves, 12 de septiembre de 2013
Cupcakes de verdura
Hoy quería hablaros de una forma muy sencilla para que los niños (o al menos mis hijos) coman verdura (y eso que no es santo de su devoción...).
Se trata de esta fantástica máquina para hacer cupcakes que mi marido me regaló este verano. El precio no llega a 20 € y es de la tienda CASA. De otras marcas la hay de más tamaños (tanto para más cupcakes como para cupcakes más grandes). Lo mejor de esta máquina para mí es que no se mancha nada: sólo hay que rellenar los huecos con la masa, y tras retirar los cupcakes cuando haya enfriado se limpia como una sandwichera: solamente pasando un papel de cocina. Otra ventaja que tiene es que la apoyas en la encimera, en la vitro..., y no tienes el problema de que los niños se quemen (como sucede en mi casa con el horno).
Como ocurre con casi todas mis recetas se trata de mezclar ingredientes, nada más.
La receta de hoy son cupcakes de verdura, dejemos el nombre así, porque lo que hice fue mezclar sin más un poco de cada cosa que tenía en casa...
Ingredientes para la masa base:
150gr. harina
150 gr. azúcar
150gr. de mantequilla (no sirve margarina porque no es tan densa) a temperatura ambiente
3 huevos
Mezclando esto y rellenando los huecos de la máquina (tardan unos 15 minutos en hacerse) salen unos cupcakes (o como aquí llamamos en España: magdalenas de las de toda la vida) riquísimos.
Un truco: si por lo que sea no tenéis huevos M o L podéis usar los S añadiendo una cucharada sopera de leche a la masa base.
Ingredientes para cupcakes de verdura:
Añadid a la masa base cualquier verdura (cocedla siempre primero y dejadla escurrir ya que si no la masa quedaría muy líquida), etc. que queráis, de manera que la cantidad sea más o menos un cuarto de la masa que tengáis. Dejad por tanto el cálculo de la cantidad de verdura para el final ya que no siempre haréis el mismo número de cupcakes (en concreto yo hoy he hecho sólo 50gr. de cada con un huevo).
Buenas combinaciones de verdura: el truco es camuflar el sabor de las verduras (aunque el azúcar ya ayuda bastante) por lo que combinaciones del tipo dulce-salado suelen funcionar bastante bien. Yo hasta ahora he probado estas:
Calabacín con atún
Zanahoria, remolacha y atún
Calabaza y jamón serrano
Queso rallado y berenjena
Otra cosa que me gusta de esta máquina es que el tamaño de los cupcakes es pequeño, por lo que para niños es mejor (al final comen más cantidad que si fuesen grandes ya que tal vez se cansarían).
Alternativa si no tienes máquina: hazlos al horno como cualquier magdalena. Rellena moldes de silicona (hasta un tercio) y hornea 20-25 minutos a 150º. Si los moldes fuesen de los chiquititos, unos 10-15 minutos de horno son suficientes.
Mi máquina me encanta pero si tienes que hacer muchos acabas antes con una sola hornada.
EL RESULTADO:
Además de ricos son una preciosidad. Y como alimentan, no manchan, son fáciles de comer... yo he llegado incluso a llevarme a la piscina una buena bolsa para que los niños tomasen de merienda-cena...
¡Espero que os guste!
Se trata de esta fantástica máquina para hacer cupcakes que mi marido me regaló este verano. El precio no llega a 20 € y es de la tienda CASA. De otras marcas la hay de más tamaños (tanto para más cupcakes como para cupcakes más grandes). Lo mejor de esta máquina para mí es que no se mancha nada: sólo hay que rellenar los huecos con la masa, y tras retirar los cupcakes cuando haya enfriado se limpia como una sandwichera: solamente pasando un papel de cocina. Otra ventaja que tiene es que la apoyas en la encimera, en la vitro..., y no tienes el problema de que los niños se quemen (como sucede en mi casa con el horno).
Como ocurre con casi todas mis recetas se trata de mezclar ingredientes, nada más.
La receta de hoy son cupcakes de verdura, dejemos el nombre así, porque lo que hice fue mezclar sin más un poco de cada cosa que tenía en casa...
Ingredientes para la masa base:
150gr. harina
150 gr. azúcar
150gr. de mantequilla (no sirve margarina porque no es tan densa) a temperatura ambiente
3 huevos
Mezclando esto y rellenando los huecos de la máquina (tardan unos 15 minutos en hacerse) salen unos cupcakes (o como aquí llamamos en España: magdalenas de las de toda la vida) riquísimos.
Un truco: si por lo que sea no tenéis huevos M o L podéis usar los S añadiendo una cucharada sopera de leche a la masa base.
Ingredientes para cupcakes de verdura:
Añadid a la masa base cualquier verdura (cocedla siempre primero y dejadla escurrir ya que si no la masa quedaría muy líquida), etc. que queráis, de manera que la cantidad sea más o menos un cuarto de la masa que tengáis. Dejad por tanto el cálculo de la cantidad de verdura para el final ya que no siempre haréis el mismo número de cupcakes (en concreto yo hoy he hecho sólo 50gr. de cada con un huevo).
Buenas combinaciones de verdura: el truco es camuflar el sabor de las verduras (aunque el azúcar ya ayuda bastante) por lo que combinaciones del tipo dulce-salado suelen funcionar bastante bien. Yo hasta ahora he probado estas:
Calabacín con atún
Zanahoria, remolacha y atún
Calabaza y jamón serrano
Queso rallado y berenjena
Otra cosa que me gusta de esta máquina es que el tamaño de los cupcakes es pequeño, por lo que para niños es mejor (al final comen más cantidad que si fuesen grandes ya que tal vez se cansarían).
Alternativa si no tienes máquina: hazlos al horno como cualquier magdalena. Rellena moldes de silicona (hasta un tercio) y hornea 20-25 minutos a 150º. Si los moldes fuesen de los chiquititos, unos 10-15 minutos de horno son suficientes.
Mi máquina me encanta pero si tienes que hacer muchos acabas antes con una sola hornada.
EL RESULTADO:
Además de ricos son una preciosidad. Y como alimentan, no manchan, son fáciles de comer... yo he llegado incluso a llevarme a la piscina una buena bolsa para que los niños tomasen de merienda-cena...
¡Espero que os guste!
lunes, 9 de septiembre de 2013
Filloas
Seguro que os sorprenderá leer una receta de filloas en la sección de recetas para niños, y sobre todo cuando se tiende a pensar que hacer filloas es latoso, costoso, engorroso...
En mi caso no sé si será por la práctica o por qué, pero sólo les encuentro ventajas. Como la masa lleva huevo y el aporte proteico de este ingrediente es alto, para mí es un plato perfecto para el típico día que prefieres hacer merienda cena y que los niños se acuesten pronto, y cuando además no tienes mucha más opción en la despensa...
Mi marido es mi fan número 1, pero mis hijos le van ganando terreno...
Os dejo aquí la receta (para 4 huevos, ¡a lo grande!) pero no puedo deciros para cuántas personas es porque el problema que tienen las filloas es que cuanto más haces más comes, y que la mayoría se van comiendo antes de llegar a la mesa. Podría deciros, por poner un ejemplo, que para un postre el cálculo podría ser "un huevo para cada dos personas" (porque se toman pocas), pero claro, en mi casa somos cuatro, y cuando las hago de merienda-cena el cálculo es : "2 huevos para 4 personas"; pero si tengo 4 huevos, el cálculo es igual: "4 huevos para 4 personas".
¡Ah! yo las hago tirando a saladas, pero reducid la sal al gusto por si preferís tomarlas con azúcar por encima...
Ingredientes:
4 huevos
300 gr. de harina
900 ml. de agua
2 cucharadas moka de sal
Elaboración:
Bate todos los ingredientes. Calienta mucho la sartén que vayas a usar y engrásala con tocino; echa la mezcla en la sartén (simplemente que cubra el fondo con una película ligera) y cuando veas que los bordes de la masa empiezan a despegarse dale la vuelta a la filloa. A los 5 segundos, más o menos, retírala ya de la sartén.
El resultado es...
Lo único complicado es calcular cuánta masa echar en la sartén: si es demasiada quedaría como un crepe, y si es poca seguro que vas añadiendo hasta llenar la base y el resultado no sería bueno (no quedaría hecha con la misma uniformidad). Lo bueno es que a la tercera filloa le coges el punto sin problema.
En mi casa los niños se divierten cortando las filloas con moldes de galletas y así cenan filloas de Mickey, de coches...
¡Espero que os animéis!
En mi caso no sé si será por la práctica o por qué, pero sólo les encuentro ventajas. Como la masa lleva huevo y el aporte proteico de este ingrediente es alto, para mí es un plato perfecto para el típico día que prefieres hacer merienda cena y que los niños se acuesten pronto, y cuando además no tienes mucha más opción en la despensa...
Mi marido es mi fan número 1, pero mis hijos le van ganando terreno...
Os dejo aquí la receta (para 4 huevos, ¡a lo grande!) pero no puedo deciros para cuántas personas es porque el problema que tienen las filloas es que cuanto más haces más comes, y que la mayoría se van comiendo antes de llegar a la mesa. Podría deciros, por poner un ejemplo, que para un postre el cálculo podría ser "un huevo para cada dos personas" (porque se toman pocas), pero claro, en mi casa somos cuatro, y cuando las hago de merienda-cena el cálculo es : "2 huevos para 4 personas"; pero si tengo 4 huevos, el cálculo es igual: "4 huevos para 4 personas".
¡Ah! yo las hago tirando a saladas, pero reducid la sal al gusto por si preferís tomarlas con azúcar por encima...
Ingredientes:
4 huevos
300 gr. de harina
900 ml. de agua
2 cucharadas moka de sal
Elaboración:
Bate todos los ingredientes. Calienta mucho la sartén que vayas a usar y engrásala con tocino; echa la mezcla en la sartén (simplemente que cubra el fondo con una película ligera) y cuando veas que los bordes de la masa empiezan a despegarse dale la vuelta a la filloa. A los 5 segundos, más o menos, retírala ya de la sartén.
El resultado es...
Lo único complicado es calcular cuánta masa echar en la sartén: si es demasiada quedaría como un crepe, y si es poca seguro que vas añadiendo hasta llenar la base y el resultado no sería bueno (no quedaría hecha con la misma uniformidad). Lo bueno es que a la tercera filloa le coges el punto sin problema.
En mi casa los niños se divierten cortando las filloas con moldes de galletas y así cenan filloas de Mickey, de coches...
¡Espero que os animéis!
viernes, 6 de septiembre de 2013
Flan de huevo
Hoy os dejo una receta muy muy rica y muy fácil
Ingredientes:
3 huevos (L o M)
1 bote pequeño de leche condensada (suele ser de 370 gr.)
Leche entera o semi desnatada (yo uso esta última): La medida del bote de leche condensada
Elaboración:
Batir todos los ingredientes y ponerlos en una flanera que previamente debéis caramelizar. Para esto hay dos opciones, o echar un poco de caramelo que compréis (poned poquito porque suelen ser amargos), o hacer el caramelo vosotras (yo echo dos cucharadas soperas de azúcar en la flanera y lo pongo a calentar en la vitro hasta que el azúcar se funde; una vez fundido lo muevo por las paredes de la flanera).
El paso de caramelizar el molde puede parece un rollo pero no lo es porque en realidad no hay que hacer nada, se derrite sólo...Y en cuanto esté derretido retiradlo ya del fuego (si se calienta de más salta, y quema...)
Con el molde ya caramelizado y la mezcla dentro, cocedlo al baño María al horno (45 minutos a 175º). Yo lo que hago es echar el agua (la echo ya muy caliente) en una fuente de horno alta de manera que se cubra la flanera hasta la mitad.
El resultado es este:
Y para dar un poco de envidia... ¡Mirad cómo lo corta mi marido!
Para cuando queráis sorprender, podéis servirlo ya emplatado en forma de corazón...
FLAN CASERO DE HUEVO
Ingredientes:
3 huevos (L o M)
1 bote pequeño de leche condensada (suele ser de 370 gr.)
Leche entera o semi desnatada (yo uso esta última): La medida del bote de leche condensada
Elaboración:
Batir todos los ingredientes y ponerlos en una flanera que previamente debéis caramelizar. Para esto hay dos opciones, o echar un poco de caramelo que compréis (poned poquito porque suelen ser amargos), o hacer el caramelo vosotras (yo echo dos cucharadas soperas de azúcar en la flanera y lo pongo a calentar en la vitro hasta que el azúcar se funde; una vez fundido lo muevo por las paredes de la flanera).
El paso de caramelizar el molde puede parece un rollo pero no lo es porque en realidad no hay que hacer nada, se derrite sólo...Y en cuanto esté derretido retiradlo ya del fuego (si se calienta de más salta, y quema...)
Con el molde ya caramelizado y la mezcla dentro, cocedlo al baño María al horno (45 minutos a 175º). Yo lo que hago es echar el agua (la echo ya muy caliente) en una fuente de horno alta de manera que se cubra la flanera hasta la mitad.
El resultado es este:
Y para dar un poco de envidia... ¡Mirad cómo lo corta mi marido!
Para cuando queráis sorprender, podéis servirlo ya emplatado en forma de corazón...
domingo, 1 de septiembre de 2013
¿Padres o competidores?
Desde
hace un tiempo vengo observando de primera mano el caso de padres que, lejos de
disfrutar con los progresos normales del desarrollo de sus hijos, se dedican a
comparar los resultados de sus hijos con los de los demás. Sus conversaciones
suelen incluir múltiples preguntas directas a otros padres del tipo ¿qué nota
ha sacado?, ¿aprueba todas?, de todos estos murales, ¿cuál es el de tu
hijo?..., e incluso desde que son pequeños cuando preguntan cosas como ¿qué
percentil tiene?
Sé
que todos queremos que nuestros hijos sean maravillosos, los mejores, los más
listos, los más simpáticos… pero ¿acaso lo queremos nosotros o es que queremos
que esa sea la opinión que los demás tengan de ellos? ¿Queremos nosotros que
nuestros hijos triunfen o queremos que los demás digan que nuestros hijos
triunfan?
No
es malo ser ambicioso, y sobre todo si se trata de serlo con nuestros hijos, lo
que más queremos del mundo, pero lo malo es cuando esa ambición se convierte en
una lucha que nuestros hijos percatan. Desde ese momento lo que les
transmitimos es miedo al error, les alejamos de que aprendan a alegrarse por
sus logros individuales y les enseñamos que son buenos en la medida en que los
demás son malos. No se esforzarán, por tanto, en aprender y en disfrutar con lo
que están haciendo, sino simplemente en superar a alguien.
Hoy
en día cuando un profesor, ya de infantil, pide a los niños que lleven algo a
clase para exponer un tema, se encuentran con que pueden llenar los pasillos
del colegio de murales y trabajos hechos por los padres. Padres que se
avergüenzan de colgar en la pared del centro un dibujo coloreado por su hijo;
un hijo que como todos a su edad no sabe colorear sin salirse por fuera, no
sabe cortar bien sin rasgar algo de papel, no sabe pegar algo en el sitio
preciso…
No
hay mejores ni peores padres, cada uno lo somos a nuestra manera. Y no hay
mejores y peores niños, sino que cada niño desarrolla sus destrezas a su debido
momento.
Dejemos a los niños ser niños, que avancen como
puedan, a su ritmo; enseñándoles sí, pero sin agobios, sin prisas, vitoreando
sus logros y observando su potencial. Enseñémosles cosas de niños, a jugar, a
pintar, a modelar plastilina… y dejemos las cosas propias de adultos para
cuando sean adultos.
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